El director ejecutivo de la Asociación Brasileña de la Industria Láctea de Larga Vida (ABLV), Nilson Muniz, puso el termómetro de la crisis. “Francamente, llevo 46 años en la industria láctea y, para mí, es el momento más dramático que estamos viviendo en la cadena láctea. Hoy tenemos una caída de producción de más de 300 millones de litros”, advirtió.
En las tradicionales visitas para relevar precios y oferta en los supermercados, el presidente de la Asociación Brasileña de Industrias del Queso (Abiq), Fábio Scarelli, encontró las consecuencias de la crisis para los consumidores.
“Es con tristeza que dejamos los supermercados: a fin de año, nunca había visto las calles con tanta gente circulando y muy poca gente comprando. Ayer estuve en una gran cadena de supermercados y me sorprendieron los precios de los quesos. Y sepa que este precio no es culpa de la industria o del productor. La disputa por el bolsillo del consumidor es increíblemente difícil”, dijo.
El presidente de la Asociación Brasileña de Productores de Leche (Abraleite), Geraldo Borges, se quejó del alza del dólar, que impacta en los insumos y commodities del sector. El vicepresidente de Sindileite en Bahía, Lutz Viana, pidió ajustes al Acuerdo del Mercosur para regular el ingreso de lácteos de Argentina y Uruguay a Brasil. Las exenciones fiscales y el aumento de las compras públicas y la asistencia técnica también forman parte de las sugerencias del sector.
El organizador de la audiencia, el diputado Zé Neto (PT-BA), sugirió una mayor movilización de la cadena productiva para revertir la crisis actual. Zé Neto recordó que Brasil tiene el segundo mayor stock de vacas ordeñadas del mundo, solo detrás de India. Sin embargo, se registraron 600 mil productores de leche menos en el país entre 1996 y 2017. Fuente: Ocla con base a MilkPoint.